DISEÑO GRÁFICO


En cualquier campaña de publicidad se deben apli­car correc­ta­mente los prin­ci­pios bási­cos de diseño, per­mi­tiendo así real­zar su tra­bajo crea­tivo y facilitar la transmisión del men­saje que el cliente o emi­sor quiere comunicar.
Los principios básicos son los siguientes:

Equi­li­brio o Balance.
La posi­ción de los ele­men­tos den­tro de la com­po­si­ción. 
Como punto de par­tida pode­mos mane­jar dos tipos de balance:

Balance simé­trico o formal.
Todos los ele­men­tos están dis­tri­bui­dos simé­tri­ca­mente con res­pecto a un eje de com­po­si­ción. Se emplea en dise­ños de carác­ter con­ser­va­dor o de apa­rien­cia clá­sica. Su aspecto for­mal puede refle­jar for­ta­leza, esta­bi­li­dad o dig­ni­dad. Aun­que un balance simé­trico limita las posi­bi­li­da­des de posi­ción de los ele­men­tos (tex­tos, fotos y espa­cios) en la maque­ta­ción.

Balance asi­mé­trico o informal. 
Per­mite incre­men­tar las posi­bi­li­da­des en la colo­ca­ción de los ele­men­tos den­tro de una com­po­si­ción, porque no tie­nen que estar estric­ta­mente cen­tra­dos. Se pue­den emplear dis­tin­tos tama­ños, for­mas y con­tras­tes, ade­más de modi­fi­car su posi­ción den­tro de la maquetación.
Este estilo de com­po­si­ción es menos estricto y tiene un resul­tado más infor­mal y rela­jado que el balance simé­trico. Ade­más al “jugar” con los tama­ños, for­mas y con­tras­tes, per­mite guiar al ojo inten­cio­na­da­mente a tra­vés de la infor­ma­ción para lle­varlo a los pun­tos que que­re­mos destacar.



Pro­por­ción o Contraste.
La pro­por­ción es la rela­ción de los obje­tos den­tro de la com­po­si­ción con res­pecto al tamaño del docu­mento (for­mato), así como res­pecto al tamaño, forma y color de los ele­men­tos entre sí. 
Lo más impor­tante al hablar de pro­por­ción o con­traste es no rea­li­zar todo al mismo tamaño. 
Den­tro de un men­saje siem­pre hay ele­men­tos más impor­tan­tes que otros y refle­jar esa impor­tan­cia por medio del aumento o reduc­ción de tamaño (de pro­por­ción), gene­rará lim­pieza y ganará aten­ción e inte­rés en el con­te­nido den­tro del documento.

Jerar­quía o Dominancia.
Se trata de conseguir atraer la mirada del lector, que quede claro qué es lo que domina y sobre lo que gira la comu­ni­ca­ción del men­saje dise­ñado. 
Ayuda a tu lec­tor a encon­trar qué es lo más impor­tante, lo que quie­res que lea, lo que tiene que atraerle desde el pri­mer vis­tazo. Este ele­mento domi­nante debe tener impacto, cap­tu­rar rápi­da­mente la aten­ción e inte­rés del lector.
Emplea los prin­ci­pios de pro­por­ción y con­traste en algu­nos de los ele­men­tos de tu diseño (texto, foto o espa­cio) para des­per­tar ese inte­rés. Recuerda que tam­bién el color puede trans­mi­tir este men­saje de domi­nan­cia si genera el ade­cuado con­traste con el color base. El ele­mento domi­nante siem­pre debe ir directo a los ojos del lec­tor. 



Ritmo.
Colo­car los dis­tin­tos ele­men­tos den­tro de tu com­po­si­ción en direc­cio­nes con­tra­rias per­mite aumen­tar la sen­sa­ción de movi­miento, agi­li­dad y rapi­dez. Sólo debes pro­cu­rar no abu­sar de este prin­ci­pio, ya que se puede crear con­fu­sión o una sen­sa­ción de desor­ga­ni­za­ción. Empléalo para ayu­darte a des­ta­car tu men­saje. Tam­bién pue­des crear rit­mos con el uso alter­nado de color (p.ej.: blanco-negro, naranja-verde...) junto con las foto­gra­fías y el texto para des­ta­car el orden de lec­tura del men­saje que se quiere trasmitir.



Uni­dad.
Este prin­ci­pio básico de com­po­si­ción en la comu­ni­ca­ción visual es lo que más ayuda a la trans­mi­sión del men­saje de cual­quier diseño. La uni­dad es lo que da cohe­ren­cia a todo lo ante­rior y nos indica que el diseño está bien cons­truido.
Debe haber una can­ti­dad de espa­cio entre los dis­tin­tas zonas acorde al carác­ter del men­saje. Tam­bién se pue­den traslapar tex­tos sobre foto­gra­fías para agru­par con­cep­tos, o uti­li­zar mar­cos y líneas para inte­grar y uni­fi­car par­tes del mensaje.
Podemos “jugar” con el espa­cio en blanco de tu com­po­si­ción para gene­rar aten­ción y como aglu­ti­na­dor alre­de­dor de los ele­men­tos a des­ta­car con res­pecto al diseño gene­ral. La deci­sión de cuál de estos cri­te­rios debe ser apli­cado a un pro­yecto de diseño en par­ti­cu­lar depen­derá siem­pre del obje­tivo de comu­ni­ca­ción que hayas pre­via­mente esta­ble­cido, así como de las carac­te­rís­ti­cas pro­pias del men­saje a trans­mi­tir y de las del público al que dicho men­saje está dirigido.

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